Una visita que puede prevenir enfermedades

La ginecología es una palabra antigua que viene de raíces griegas que se remontan a las raíces de

“gineco” que significa mujer y “logía” que representa ciencia”. Hoy en día es una de las ramas médicas que ha venido cobrando más importancia al representar todo el cuidado relacionado con el aparato reproductor femenino, así como de sus enfermedades.

Cada vez más, la salud sexual y reproductiva de la mujer cobra importancia. El acceso a la información y educación sexual, han creado conciencia sobre la importancia del cuidado y la prevención de enfermedades, y por eso, la mujer se preocupa más por el cuidado personal, por estar atenta a los cambios que tiene su cuerpo en cada una de las etapas por las que transita y se esfuerza por prevenir cualquier tipo problema de salud que pudiera desarrollar.

Y es aquí donde un concepto cobra relevancia: la prevención. Sin duda, asistir periódicamente al ginecólogo y estar atentas a los cambios corporales en cada uno de los ciclos de la mujer (adolescencia – pubertad – adultez – menopausia), permite que se haga un control integral de salud.

La mujer debe visitar al ginecólogo no solamente cuando detecte alguna alteración en su genitalidad. Lo debe hacer de manera regular, por lo menos una vez al año, para tratar temas de salud sexual y reproductiva, en donde se hagan exámenes de los órganos de reproducción, las glándulas mamarias y exámenes químicos que puedan validar el estado hormonal. Esto, permitirá poner en acción estrategias de promoción de la salud y prevención de cualquier enfermedad.

Desde la adolescencia, la perimenopausia, la menopausia y posmenopausia, la mujer debe visitar a un ginecólogo. Sabemos que la expectativa vida de la mujer cada vez es mayor y estas etapas cada vez más se hace más largas, por eso es importante conocer cómo serán cada uno de los cambios, prepararse y entender cómo se dará ese paso al terreno de la deprivación hormonal.